un trozo de una página de mis memorias gráficas.
he estado escribiendo sobre cucarachas.
la tele está puesta y una niña de unos ocho años, con un flequillo como el que yo llevaba a su edad (y ahora), persigue por un bosque al duende de los lucky charms. el duende se parece a Pan; yo no lo perseguiría.
se puede viajar en el tiempo. si se congela un recuerdo y no se vuelve a visitar hasta décadas después, el efecto es parecido. vuelves a una casa vacía, deshabitada desde hace treinta años, y te encuentras con el paquete de cereales todavía abierto en la cocina.
la caja de cereales estaba todavía abierta en la mesa de la cocina cuando encontraron muerto a richard brautigan en su casa de bolinas, ca. la luz entraba por la ventana. la nata seguía pegada a la leche.
escribo sobre cucarachas y la tele pone un partido de fútbol del manchester united. el interés que tengo por el fútbol es comparable al que tengo por los bolsos de lujo. me provocan la misma reacción.
veo a los jugadores moverse por el campo como cucarachas.
tengo pocas fobias, pero una es a las cucarachas. no las puedo ver en mi casa. no las puedo matar. me paraliza la repulsión que me provocan. me producen ansiedad. y pena. pienso en las cucarachas madres poniendo huevos desesperadamente para producir cien millones de cucarachas al día, no vaya a ser que se extingan. obedecen a su instinto más primario y son felices así.
hace poco apareció una en mi casa y llamé al exterminador. “son buenas, no hacen nada. sólo son feas”, me dijo.
eso me llevó a titular mis memorias “CUCARACHA”.
(intenté aprenderme este poema de Fiona Benson como terapia de choque)
(no funcionó)
El poema de terapia de choque era muy duro en sus descripciones al detalle >_<
Lo que te dijo el exterminador me gustó más :D