Un cuento de hadas, una luna fláccida y una barbarie
1.
un cuento de hadas
abanico /
babas /
cama /
dedo /
eléctrico /
feo /
grano /
historia /
índigo /
juanete /
kilo /
luciérnaga /
mano /
niebla /
ombligo /
piedra /
quinta /
raspa /
silencio /
tanto /
uso /
verbo /
wc /
xilófono /
yermo /
zueco /
(fin).
2.
si se tuviera que describir con palabras muertas, al estilo de un informe forense, sería algo así: una luna redonda y gorda, blanca. brillante y traslúcida, como si fuera de papel y detrás tuviera un foco de luz.
si se tuviera que describir con una única palabra, sería: boquiabierta.
me refiero a la luna que tengo delante de mí ahora.
por otro lado, —
el viernes traduje esta frase: “una luna fláccida e hinchada, de un color asqueroso”.
dejo aquí una foto de la autora de la frase. hoy tendría 75 años. creo que la foto es de araki, que le hizo tantas que tuvo para un libro entero.
el libro que estoy traduciendo saldrá a finales de 2025.
3.
vuelvo a hablar de marina closs, una de mis autoras actuales preferidas. me gusta cómo escribe, cómo piensa, las historias que cuenta y el poco hype que tiene.
ahora la ha publicado alfaguara (para sorpresa mía), y aunque me habría gustado que permaneciera pequeña y oculta, me alegro por ella. se merece que la lea más gente. también existe la posibilidad de que se mantenga pequeña y semioculta a pesar de alfaguara, como ha logrado Legna. para mí es un logro, lo mejor a lo que puede aspirar un escritor o artista. de legna ya he hablado aquí y aquí y aquí. hoy es su cumpleaños.
además, marina closs dice estas cosas tan bonitas con las que me identifico mucho:
Mi constante estado de posibilidad informe, socialmente, parecía estar al límite de la barbarie. Yo quería y sentía que tenía que ser, en medio de mi cuerpo, alguien. Solo que encontraba, en todo intento de definición, algo insoportablemente falso.
A la cosa a veces tan acartonada y dura que llamamos identidad, opongo lo que más me interesa en los seres humanos y que es el carácter. Un carácter no es nacional ni racial ni generacional ¿ni individual? ni humano. (…) El carácter que, según me parece a mí, nace ya colocado y latiendo en el medio de la persona puede restringirse, suavizarse, vigorizarse o animarse. Pero el hecho es que nace, está en nosotros antes que cualquier identidad consciente.
En fin, creo que mi carácter responde a esa sensación de no ser exactamente nadie, de la que luego nació mi necesidad física y ritual de escribir: de darle alguna clase de existencia material a ese interior más bien confuso, no muy volcado a la acción, e informe hasta un punto antisocial e indecoroso.
(…) fue mi amor por una cierta soledad, un cierto placer en el encierro lo que fue dándome una especie de contorno. Y mi desamor por la vida social, la cual me parecía lo contrario de la relación entre el lector y el libro: es decir, un montón de conversaciones torpes e instantáneas, horriblemente invasivas y, al mismo tiempo, ermitañas. Un sin ojos ni bocas, dominado por el hechizo de las máscaras.
Las conversaciones con un libro, en cambio, para mí nunca acababan.