1.
hoy es el día de la madre aquí y voy a hablar de la mía, que se sentaba tiesa frente a la máquina de coser y nos hacía ropa con telas delgadas como obleas. también nos fabricaba cuentos infantiles que nos hablaban de cosas raras y pesadas como si las palabras hubieran estado escondidas y mojadas debajo de un camión, y los personajes eran figuras recortadas de revistas y se decían cosas profundas mientras se miraban inalcanzables. mi madre pintaba murales dentro de la casa y en verano nos paseaba a mi hermana y a mí por karachi-pakistán como parte de una escala de dos días entre japón y francia con las líneas aéreas pakistaníes. se movía por karachi con dos niñas a cuestas como si fuera su casa y hablaba con todo el mundo y nos compraba un millón de pulseras delgadas y luminosas como lámparas porque todo resultaba muy barato y yo me ponía todas las pulseras a la vez hasta que me llegaban al codo y por la noche brillaba como una luciérnaga viejita que cojea de una pata.
luego nos llevó a vivir a cinco países en tres continentes y nos llevó a los andes en pleno conflicto armado y nos metió en un internado y
ahora mi madre hace muñecas.
las personas estamos hechas de nuestras experiencias más que de ninguna otra cosa y las mías fueron así.
2.
las fresas brillaban locas y moderadas casi como siempre pero como nunca, menos una que estaba podrida y arreglada como para una noche nupcial. fui corriendo a comerlas y en el camino perdí la cabeza y la camisa y algo más.
había un río y una barca y un viejo manicomio, y los viejos locos, vestidos de blanco y con alas postizas, saltaban sobre la cuneta como palomitas de maíz.
soñé que estaba en una universidad en la playa en georgia, estados unidos, y el patio era de arena y había un escenario sin techo y sin cortinas. en la arena había un charco y en el charco una especie de animal con la boca en forma de pico, era verde y resbaladizo y caminaba sobre sus dos piernas y tenía cuerpo de niña pequeña. “es un kappa”, dije. era un kappa en la playa de georgia, eeuu.
3.
fui al drawing center y vi una retrospectiva de john zorn. me entró un ataque de alergia y estornudé mil quinientas cincuenta y dos veces en el sótano. la exposición estaba bien contextualizada, se veía bien cómo desaparecía la frontera entre música y dibujo en la cabeza de zorn. lee ranaldo estaba ahí con su mujer. en la sala adyacente estaban los storyboards de ericka beckman para las películas que rodó imitando los videojuegos de plataforma tipo Super Mario.
a la vuelta nos cruzamos con julian moore, o eso parece. yo no la vi pese a que compartíamos una acera muy estrecha.





4.
y aquí una artista valiente que se juega la vida pintando cosas como estas en un país que mata a las mujeres por hacer cosas como estas. la podéis apoyar en instagram: affs00ngar
Hola ✨ Escribo ensayos caóticos, existenciales y algo obsesivos sobre cultura pop, la identidad, y la tragicomedia de ser casi-adulta.
Desde Los Ángeles, con amor. English, español, o lo que se me cruce ese día.
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